Efectivamente, parece que el
gobierno tenía alguna noticia de los riesgos de permitir concentraciones
multitudinarias el 8 de marzo. Y no las prohibió. Antes de buscar una
explicación, recopilemos algunos datos.
Además de la manifestación feminista
de Madrid, hubo otras con la misma convocatoria en (casi) todas las capitales
de provincia y/o ciudades importantes. Sondeando la prensa de los días
posteriores, y tomando como referencia los 120.000-170.000 de Madrid y las
noticias de los correspondientes medios locales, tirando por lo bajo, se puede
decir que unas 300.000 personar acudieron en toda España (Barcelona, 50.000,
Sevilla, 20.000, Málaga o Zaragoza, 10.000…).
Pero también hubo más
manifestaciones, por otros motivos. En concreto, 77. Seamos modestos y sumemos
unas 10.000 personas.
Fútbol, concentración
multitudinaria. Según La Liga, en la temporada 18/19, la asistencia media por
estadio, sólo en 1ª División, fue de 26.315 personas. Por 10 partidos en
aquella jornada, unos 260.000 aficionados vieron a su equipo en directo aquel
día. Debemos sumar la 2ªA, la 2ªB, la 3ª, las regionales, los juveniles, todas
las competiciones femeninas correspondientes, los aficionados, las
competiciones escolares y federadas…No vamos a contar los desplazamientos masivos
de aficionados de España a Reino Unido o de Italia a España con motivo de las
competiciones europeas de futbol. Vamos a sumar solamente hasta 350.000
espectadores en esos cientos de encuentros.
La misa, concentración
multitudinaria. Las estadísticas oficiales dicen que, en el año 2019, 6,5 millones de españoles asistieron a misa
regularmente. ¿Dejamos a la mitad en casa?, Vale, hacía frio, y tendremos que,
ese día, no menos de 3 millones de personas se reuniones en sus respectivas
iglesias.
En total, -somos muy modestos-
sin contar TODOS los otros deportes, TODAS las otras fes, cines, teatros y
espectáculos en general, celebraciones particulares, reuniones de amigos…, no
menos de 4 millones salieron de casa para reunirse, por algún motivo, con más
gente, en actos multitudinarios y casi siempre en locales cerrados. Y hay que
añadir todas las personas que salieron porque sí, a pasear, porque es domingo,
al vermut, al parque, a las tapas… Sin mascarilla, claro, el gobierno no había
decretado el Estado de Alarma (y la OMS decía entonces que no eran necesarias…).
Bien. Un dato más. España es el
país del mundo con la ratio más alta de bares por habitante, en concreto, uno
por cada 175, datos de 2017. De las cinco ciudades con más bares por habitante
en el mundo, cuatro son Londres, Nueva
york, Madrid y Barcelona. Cuanto más al norte, menos bares; en Asia no existen,
en África… En pura lógica, pensemos que la mitad de los españoles que salieron
aquel día 8 por un motivo particular –manifestaciones, actos deportivos, misas,
etc.- y muchos de los millones que salieron por motivos habituales, al rato,
fueron a un bar, a celebrarlo, o porque sí, todos juntos. ¿2 millones, 3?
LA OMS declaró el estado de pandemia
el 11 de marzo. España declaró el estado de alarma el 14.
Ahora, los capitanes a posteriori, sin distinción de edad, sexo ni condición,
culpan al gobierno por no haber tomado medidas “antes”. ¿Antes? ¿Cuándo? ¿Antes
de la declaración de la OMS, el día 11, el día 8? ¿O antes aún? Un estado de
alarma hay que decidirlo, justificarlo, organizarlo y comunicarlo. Con
argumentos. No se inmoviliza a millones de personas en unas horas. ¿Con qué
argumentos se puede decretar un estado de alarma por una pandemia no declarada
oficialmente? ¿Nos podemos imaginar la respuesta de varios partidos políticos,
de la Iglesia Católica, de los clubes de futbol y de todos los palmeros
correspondientes si se suspenden TODOS los actos públicos del fin de semana del
7-8 de marzo? También, se le culpa de no disponer del material necesario para
combatir una pandemia. Como casi nadie, salvo países muy ricos -, productores
de ese mismo material o países vecinos de China, donde saben de virus…, y con
pocos bares. Los capitanes a posteriori buscan de rastrear los países del mundo
que declararon medidas especiales antes de la declaración de la OMS. Sólo uno:
Italia, el día 9 de marzo. Después del 11 lo hicieron Noruega, el 12,
Dinamarca, el 13 y España, el 14. El cuarto país del mundo en declarar el
confinamiento (China aparte).
¿Improvisación? Claro, es lo que
sigue a una situación imprevista. No hay pandemias todos los años. No
confundamos explicar con justificar, error habitual. No intento justificar los
fallos del gobierno; intento explicar la, supuesta, acción o inacción del
mismo, en función de nuestra forma de ser y de las circunstancias, importantes
siempre. Somos un país, y una cultura, de improvisadores. Y de pícaros, aquí se
inventó el término: sujeto de dudosa
moral que apela a su astucia para obtener ciertos beneficios. Dictada
la norma, pronto muchos empezamos a pensar en la manera de quebrantarla. Ahora
sí, después de improvisar y de intentar saltarnos la norma, también somos muy
buenos en ser fatalistas, interpretando como nadie datos científicos y opiniones
contrastadas. Y luego lo de los datos. ¿De qué sirve comparar cifras, si no hay uniformidad de criterios
para su recopilación, no ya entre regiones en España, tampoco entre países? Y
lo de los bulos. Lo siento, me fío más de un estudiante de 2º de Medicina que
de un montón de opinadores, políticos y tertulianos en general, todos vendiendo
noticias y comentarios, share le
llaman.
Mal llevo el alto número de
fallecidos, peor el dolor de sus familiares. Pero lo que peor llevo, con
diferencia, es el oportunismo político, alimentado de la paranoia, cuando no
histeria, vestido sin pudor de la mentira y las medias verdades. Eso sí me
deprime.
Si nos pudiera servir todo esto
para poder empezar a mostrar más cordura, más empatía, más raciocinio, más solidaridad
y menos cainismo, menos hipocresía, menos cinismo…
Españolito que vienes.
Abril, 2020
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