miércoles, 1 de enero de 2020

De pandemias y otras plagas


Efectivamente, parece que el gobierno tenía alguna noticia de los riesgos de permitir concentraciones multitudinarias el 8 de marzo. Y no las prohibió. Antes de buscar una explicación, recopilemos algunos datos.
Además de la manifestación feminista de Madrid, hubo otras con la misma convocatoria en (casi) todas las capitales de provincia y/o ciudades importantes. Sondeando la prensa de los días posteriores, y tomando como referencia los 120.000-170.000 de Madrid y las noticias de los correspondientes medios locales, tirando por lo bajo, se puede decir que unas 300.000 personar acudieron en toda España (Barcelona, 50.000, Sevilla, 20.000, Málaga o Zaragoza, 10.000…).
Pero también hubo más manifestaciones, por otros motivos. En concreto, 77. Seamos modestos y sumemos unas 10.000  personas.
Fútbol, concentración multitudinaria. Según La Liga, en la temporada 18/19, la asistencia media por estadio, sólo en 1ª División, fue de 26.315 personas. Por 10 partidos en aquella jornada, unos 260.000 aficionados vieron a su equipo en directo aquel día. Debemos sumar la 2ªA, la 2ªB, la 3ª, las regionales, los juveniles, todas las competiciones femeninas correspondientes, los aficionados, las competiciones escolares y federadas…No vamos a contar los desplazamientos masivos de aficionados de España a Reino Unido o de Italia a España con motivo de las competiciones europeas de futbol. Vamos a sumar solamente hasta 350.000 espectadores en esos cientos de encuentros.
La misa, concentración multitudinaria. Las estadísticas oficiales dicen que, en el año 2019,  6,5 millones de españoles asistieron a misa regularmente. ¿Dejamos a la mitad en casa?, Vale, hacía frio, y tendremos que, ese día, no menos de 3 millones de personas se reuniones en sus respectivas iglesias.
En total, -somos muy modestos- sin contar TODOS los otros deportes, TODAS las otras fes, cines, teatros y espectáculos en general, celebraciones particulares, reuniones de amigos…, no menos de 4 millones salieron de casa para reunirse, por algún motivo, con más gente, en actos multitudinarios y casi siempre en locales cerrados. Y hay que añadir todas las personas que salieron porque sí, a pasear, porque es domingo, al vermut, al parque, a las tapas… Sin mascarilla, claro, el gobierno no había decretado el Estado de Alarma (y la OMS decía entonces que no eran necesarias…).
Bien. Un dato más. España es el país del mundo con la ratio más alta de bares por habitante, en concreto, uno por cada 175, datos de 2017. De las cinco ciudades con más bares por habitante en el mundo,  cuatro son Londres, Nueva york, Madrid y Barcelona. Cuanto más al norte, menos bares; en Asia no existen, en África… En pura lógica, pensemos que la mitad de los españoles que salieron aquel día 8 por un motivo particular –manifestaciones, actos deportivos, misas, etc.- y muchos de los millones que salieron por motivos habituales, al rato, fueron a un bar, a celebrarlo, o porque sí, todos juntos. ¿2 millones, 3? 
LA OMS declaró el estado de pandemia el 11 de marzo. España declaró el estado de alarma el 14.
Ahora, los capitanes a posteriori, sin distinción de edad, sexo ni condición, culpan al gobierno por no haber tomado medidas “antes”. ¿Antes? ¿Cuándo? ¿Antes de la declaración de la OMS, el día 11, el día 8? ¿O antes aún? Un estado de alarma hay que decidirlo, justificarlo, organizarlo y comunicarlo. Con argumentos. No se inmoviliza a millones de personas en unas horas. ¿Con qué argumentos se puede decretar un estado de alarma por una pandemia no declarada oficialmente? ¿Nos podemos imaginar la respuesta de varios partidos políticos, de la Iglesia Católica, de los clubes de futbol y de todos los palmeros correspondientes si se suspenden TODOS los actos públicos del fin de semana del 7-8 de marzo? También, se le culpa de no disponer del material necesario para combatir una pandemia. Como casi nadie, salvo países muy ricos -, productores de ese mismo material o países vecinos de China, donde saben de virus…, y con pocos bares. Los capitanes a posteriori buscan de rastrear los países del mundo que declararon medidas especiales antes de la declaración de la OMS. Sólo uno: Italia, el día 9 de marzo. Después del 11 lo hicieron Noruega, el 12, Dinamarca, el 13 y España, el 14. El cuarto país del mundo en declarar el confinamiento (China aparte).
¿Improvisación? Claro, es lo que sigue a una situación imprevista. No hay pandemias todos los años. No confundamos explicar con justificar, error habitual. No intento justificar los fallos del gobierno; intento explicar la, supuesta, acción o inacción del mismo, en función de nuestra forma de ser y de las circunstancias, importantes siempre. Somos un país, y una cultura, de improvisadores. Y de pícaros, aquí se inventó el término: sujeto de dudosa moral que apela a su astucia para obtener ciertos beneficios. Dictada la norma, pronto muchos empezamos a pensar en la manera de quebrantarla. Ahora sí, después de improvisar y de intentar saltarnos la norma, también somos muy buenos en ser fatalistas, interpretando como nadie datos científicos y opiniones contrastadas. Y luego lo de los datos. ¿De qué sirve comparar  cifras, si no hay uniformidad de criterios para su recopilación, no ya entre regiones en España, tampoco entre países? Y lo de los bulos. Lo siento, me fío más de un estudiante de 2º de Medicina que de un montón de opinadores, políticos y tertulianos en general, todos vendiendo noticias y comentarios, share le llaman.
Mal llevo el alto número de fallecidos, peor el dolor de sus familiares. Pero lo que peor llevo, con diferencia, es el oportunismo político, alimentado de la paranoia, cuando no histeria, vestido sin pudor de la mentira y las medias verdades. Eso sí me deprime.
Si nos pudiera servir todo esto para poder empezar a mostrar más cordura, más empatía, más raciocinio, más solidaridad y menos cainismo, menos hipocresía, menos cinismo…
Españolito que vienes.

Abril, 2020


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